¿Cataclismo o transición? La ecología entre la espada y la pared
François Gerlotto
Francés, director de investigaciones, ecólogo marino. Trabajó en cooperación con laboratorios del Caribe (Venezuela, Martinica, Cuba, México entre 1980 y 1995) y de América del Sur (Chile, Perú entre 2000 y 2008). Experto de la Unión Europea en la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero – Pacífico Sur (2008-2018). Miembro de las delegaciones peruanas a las COP 20 (Lima) y COP 21 (París). Presidente del Comité Científico del IHMA. PhD (Universidad de Brest, Francia), HDR (Habilitación para dirigir investigaciones, Universidad de Montpellier, Francia). Dr. Honoris Causa por la Universidad Pedro Ruiz Gallo (Lambayeque, Perú).
Este libro es casi como el diario de un viaje frenético… El viaje de la humanidad que ahora, y cada vez más, se acerca a un incierto destino, en la medida en que, a pesar de las evidencias, pareciera empeñada en considerar aún como válida la peor de las opciones: aquella en la que el inmediatismo, el hedonismo y el economicismo son los parámetros para medir el éxito y el progreso de los individuos y de las sociedades.
Este libro también es un relato de inteligencias (en cabeza de políticos, demógrafos, naturalistas, líderes religiosos, ecologistas y ecólogos) que, para bien o para mal, aviesas o virtuosas, cada una a su tiempo y en su época, han pretendido describir y explicar el planeta y su devenir. Inteligencias que en estas páginas convergen en una: la de François Gerlotto, que de manera racional, objetiva, argumentada y nada artificial en sus constructos —a contravía de estos algoritmos de moda reciente que parecieran, solo parecieran, tener, por encima de un cerebro humano, la capacidad infalible de observar, deducir, inferir y crear— nos explica y nos convence de la imperiosa necesidad de cambiar de modelo, so pena de un cataclismo planetario y en aras de una transición conciliable con el desarrollo de nuestra civilización. Este libro es, pues, un viaje que estremece, preocupa, esclarece y, sobre todo, como todo buen viaje, incluso con los baches del camino, se disfruta enormemente.